El mar dominante rompe el silencio de las rocas que, impasibles, huyen hacia tierra firme, clavando sus garras sobre un horizonte moribundo. Gritos roncos las trepanan, abruptas cavernas. Mientras la tierra se deja asediar dulcemente, desvaída, perdida entre los brazos de un abismo azul, diligente amante, arrastrada por mareas anheladas borrando las huellas de sombras extraviadas en su frágil memoria, huellas sin nombre y sin rostro, se deja mecer por su canto de sirenas (Poema "Mar tierra") El lector se engañaría si, tras la lectura de este poemario, concluyera que la columna vertebral consiste en la circunstancialidad de la soledad, el desamor, o tan siquiera el amor, o todos ellos a la vez. El conjunto constituye una perífrasis que apunta quizás a un elemento esencial del sujeto humano, y que Tránsito lo describe como soledad. He aquí el hilo con el que hilvana con las sucesivas puntadas el verso. Efectivamente; «un viaje entre dos abismos», nos dirá el prologuista: se parte de la soledad para volver a la soledad; huyendo del vacío, la nada, la falta, acabamos topándonos con ella. ¿No consiste la vida en esa eterna búsqueda de ese oscuro objeto que falta? ¿Y no consiste la felicidad en la pulsación entre la ausencia y la ilusión del encuentro? Objeto enigmático huidizo en cuyo rastro consiste —incluso— incluso la escritura |
EDITORIAL QUADRIVIUM
C/ Jaume Marquès i Casanovas, 11
17003 - Girona
Tel: (+34) 653 756 979